Tiempo antes de comenzar con este proyecto de blog, yo ya
era una apasionada de salir por Madrid a la caza eventos, exposiciones y lugares bonitos que
visitar.
Buscando algo que hacer un domingo cualquiera, encontré un
curioso y pequeño museo situado en Malasaña cerca de la parada de metro de
Tribunal: El Museo del Romanticismo. Se trata de una institución que propone un
recorrido por el arte, la sociedad, la cultura y la forma de vida del siglo
XIX, donde destacan obras costumbristas y del ideal pintoresco resaltador de la
figura del bandido y las costumbres andaluzas.
Una vez visitado el museo, que te deja con buen sabor de
boca, y de pasearme por la tienda (que como todas las de este tipo de
instituciones, tenía precios excesivos que “echaban para atrás” a la hora de
comprar un pequeño recuerdo), me dispuse a salir con mis acompañantes para
concluir la mañana de domingo dando un paseo por los entresijos de Malasaña.
La sorpresa más grata de toda la visita al museo, se
encontraba justo en la puerta de salida, donde había un cartel que te dirigía a
otra habitación con el título de “Exposición temporal de ARCO”, pero sobre todo
por “entrada gratuita”. Ante esa situación, y como nuestro carácter curioso y
aventurero nos exigía, mis acompañantes y yo decidimos entrar a ver tal
exposición.
Resulto ser una sala llena de vitrinas con conchas de
caracol colocadas de forma estratégica bajo el nombre de Fleurs de Escargots, y firmada por Fernando García. Ante la
confusión que nos provocaba tal escena, decidimos buscar algo que indicase el
motivo por el cual esos restos de caracol habían llegado hasta allí. Buscando
respuestas, encontramos un librito amarillo con una figura geométrica en la
portada y en el que ponía “Año 35. Madrid”.
Resulta que la feria de arte más famosa de Madrid, ARCO,
cumplía 35 años y había decidido celebrarlo a lo grande. ¿Cómo? Poniendo en
marcha el proyecto, Año 35. Madrid, que
tenía como objetivo principal poner en valor instituciones públicas de la
ciudad dedicadas a la exhibición de arte y piezas históricas.
Las nueve instituciones artísticas seleccionadas para dicho
proyecto por varios organismos del Ministerio de Educación (siempre en
consonancia con los organizadores principales de ARCO) fueron la Embajada deColombia, el ya mencionado Museo del Romanticismo; el Museo de la Casa de laMoneda, la Casa Árabe, el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Cerralbo,
Tabacalera Estudios, el Museo Naval y elMuseo Nacional de Antropología; y en cada uno de ellos podíamos encontrar una
pequeña sala con un pedacito de esta gran exposición y que ponía de relieve la
importancia que estas disciplinas van a tener en la posterior creación
artística contemporánea y en la manera en la que concebimos el arte en su
conjunto en la actualidad.
Se trataba, no solo de obras que reivindicaban la importancia de la
institución y el arte, sino también incorporaban elementos críticos sociales. Por
ejemplo, en la Embajada de Colombia, la autora colombiana Johanna Calle nos
muestra varias de sus obras con las que pone de relieve las situaciones más
duras que atraviesa su país.
En el Museo Nacional de Antropología, el autor
López Cuenca, exhibe su proyecto Accesorios,
en el que pretende hacer hincapié en la importancia de nuestros lazos que unen
a españoles e hispanoamericanos debido a nuestro pasado colonial, intentando
mostrar la proximidad que existe en nosotros como un grito contra el racismo
que existe hacia ellos. Además, podemos encontrar otras tan curiosas como una
de las expuestas en el Museo de la Casa de la Moneda por Jane&Louis Wilson
de nombre Face Scripting. What did the
building see? Nos sitúa, así, en un hotel de Dubai, donde fue asesinado un
miembro de Hamas. La obra pretende contar la historia que surge alrededor del
asesinato.
Lo cierto, es que fue un evento muy curioso que atrajo a un
buen número de gente. Sin embargo, la escasa publicidad dedicada a ello y el carácter
casual que parecía querer tener el proyecto, han impedido que llegue a más
personas.
Por último, felicitar a Javier Hontoria, cabeza del
proyecto, por crear un instrumento que según él nos permita “reconocernos en
nuestra ciudad, para reflejarnos en ella por medio del arte y de nuestros
museos”, y a ARCO por estos 35 años que, desde aquí, esperamos que se
conviertan, por lo menos, en 35 más.
Marlo.
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